¿Por qué aspiro a ser presidenta de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas?


Por Rosa Amelia Alvarado Roca

A los miembros de la Casa de la Cultura, Núcleo del Guayas

Alguna vez me preguntaron ¿qué es la Casa de la Cultura? y respondí, la Casa de la Cultura es Ecuador, es Patria, porque de ella emana la palabra, aquella que nos salva de la orfandad y de ella nace el arte, el que da vida a la noche, el que refleja el imaginario de la creatividad del ser humano. Es la Casa de donde todo proviene, ella nos une, nos aproxima, nos expresa, habla por nosotros, nos vive, nos sangra. Es la Casa con la que, de alguna manera, todos estamos en deuda  porque quizás de ella hemos recibido más de lo que a ella hemos dado. Es generosa, noble, es la que ha cobijado y cobija la expresión libre y pródiga del hombre, es la que no permite la deshumanización de la conciencia, es la memoria viva del pensamiento de un pueblo, generación tras generación. Es la que nació “para desentrañar las raíces de nuestro destino”, como lo definiera su fundador, el ecuatoriano universal Manuel Benjamín Carrión.

ANTECEDENTES

Indudablemente, llegar a desempeñar las funciones de presidente de la institución cultural más importante de la provincia del Guayas, es un honor, que nunca pensé merecer, a la vez, representa una enorme responsabilidad y un compromiso con el pensamiento de Carrión.
Asumí la presidencia de la Casa de la Cultura en 2008,  en penosas circunstancias, ante la enfermedad y posterior fallecimiento de su presidente titular e inolvidable amigo, Dr. Luis Félix López, quien logró desde su primer período en 2003, la transformación integral de la institución, devolviéndole su tradicional esplendor. En la actualidad, estoy culminando el segundo período presidencial de Lucho Félix, para el que fue reelegido en 2007. Por lo cual es necesario puntualizar que  mi presente postulación a la presidencia de la Casa de la Cultura para el ejercicio 2011-2015, no significa postularme a una re-elección, puesto que jamás he sido candidata para tal dignidad, ni he participado anteriormente  en elecciones para este cargo. Fui elegida vocal de un directorio anterior, por ende, esta sería mi primera candidatura para presidir nuestra institución cultural. 
Los tiempos en que nos ha tocado presidir esta noble institución cultural no han sido fáciles. Tiempos de cambio y de incertidumbre frente al devenir, no solo de esta Casa de Benjamín Carrión, sino de la actividad cultural del país y sus instituciones. Estamos a la expectativa de la promulgación en la Asamblea Nacional de la Ley de Cultura, mediante la cual la autonomía de la institución corre serio peligro, lo que la convertiría en una dependencia del Ministerio de Cultura, de donde emanaría las políticas culturales y programas, con la consiguiente centralización absoluta de la vida misma de la institución. Perderíamos entonces la capacidad de definir en libertad nuestras propias propuestas o programas y la conducción misma de la entidad. En suma, la Casa de Carrión dejaría de ser libre y soberana como lo ha sido durante 66 años,  lo cual sería atentatorio a los principios filosóficos que inspiraron a su fundador. Esperamos que aquello no suceda y que la Asamblea Nacional apruebe una ley en la que se respete la autonomía de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y  que permita trazar caminos para una proyección pluricultural, equitativa, dinámica y renovadora. Estamos de acuerdo con la necesidad de cambios y estamos listos para asumirlos, pero la Casa de la Cultura tiene que preservar su libertad de decisión y su dignidad. Sin ella, habría perdido su razón de ser.
En nuestro núcleo provincial padecemos de una vieja y dolorosa enfermedad, para la que aún no se ha encontrado cura: la falta de recursos y la entrega justa y equitativa de los mismos. Nuestro presupuesto no ha crecido, al contrario, hemos sufrido recortes significativos y restricciones, pero, en cambio, se han incrementado gastos y compromisos laborales; la autogestión no representa un ingreso representativo, en virtud de la gratuidad de la mayoría de sus eventos.  Desde su fundación, bajo la sabia presidencia de Carlos Zevallos Menéndez  hasta la actualidad, hemos soportado la falta de equidad en la entrega de recursos, pues éstos nunca se han dado considerando  la relación poblacional de la provincia del Guayas. Nuestro presupuesto no nos permite hacer todo lo que quisiéramos y hacemos lo mejor posible, con creatividad, paciencia y recursos personales.

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